- Como empecé a buscar soluciones - Conoce mi historia

Conoce cómo empecé a buscar soluciones al síndrome del intestino irritable

La psicología juega un papel muy importante en el síndrome del intestino o colon irritable, aunque no lo es todo.  Vi que al retirar el gluten y la lactosa de la alimentación parecían mejorar bastante mis síntomas. Cuando mis síntomas mejoraban, yo estaba menos preocupada, y tenía menos ansiedad. Comencé a cuidar más mi alimentación, eliminando todos los alimentos procesados. Busqué ayuda para cuidar de mis hijos y poder descansar más y acudí a algunas sesiones de terapias complementarias como la acupuntura y el reiki, para aumentar mi bienestar personal.
Pasadas unas semanas tuve que ir un día a urgencias porque sentía un fuerte dolor en el costado, y me encontraron una piedra en la vesícula biliar. Retiré de mi dieta los alimentos grasos, y comencé a experimentar bastante mejoría. A veces los problemas hepáticos y las disfunciones de la vesícula biliar están muy relacionados con la aparición del síndrome del intestino irritable. Decidí que sí o sí, me iba a recuperar. Me diseñé una hoja de ruta en mi cabeza, comencé a realizar cambios, busqué ayuda en profesionales de otras terapias (la homeopatía me ayudó bastante), me hice responsable de mi propio autocuidado.
 Fui reflexionando sobre lo que me estaba pasando y cómo lo estaba interpretando, el significado biológico y social que tenía para mí esta enfermedad, los miedos que había suscitado en mi persona. El miedo es un componente fundamental del síndrome de intestino irritable, al que se debe dedicar un capítulo aparte. Es muy significativo que un alto porcentaje de pacientes con diagnóstico de síndrome de intestino irritable experimente crisis de pánico, agorafobia, ansiedad generalizada, etc. sin haber tenido previamente antecedentes en este sentido.
Cuando físicamente me encontré un poco más recuperada, comencé a incorporarme progresivamente al trabajo. Poder trabajar de nuevo, aunque fuera con algunas limitaciones, me ayudó a mejorar mi estado psicológico, al ver que podía retomar parte de mi vida anterior. Intenté mantener unos horarios más o menos fijos para realizar las comidas y los periodos de descanso. Esto es muy importante, descansar antes de que aparezca el cansancio.
Me di cuenta de que había emprendido un camino como autodidacta en el estudio de problemas digestivos, y que tendría que buscar, sobre todo a través de la red, consejos y contenidos que me ayudaran a comprender mi enfermedad y adaptarme a ella. Cuando vas al médico y te dice que tienes síndrome de intestino irritable y que no es una enfermedad grave, y te recomienda que evites es estrés, te sientes frustrado, porque piensas que no es posible que te dejen sin solución. Si no lo has hecho ya, te recomiendo que leas el artículo Comprender la diferencia entre enfermedad y síndrome en el caso del intestino o colon irritable para entender mejor lo que el médico quiere decirte al darte este diagnóstico.
 La realidad es que la solución es un conjunto de cambios en tu vida, y hasta que no pase un tiempo en el que tu cuerpo y mente se equilibren, no encontrarás mejoría, pero el lado positivo es que aprenderás a cuidarte mejor y a evitar enfermedades más graves. No hay una pastilla eficaz, ni una operación milagrosa que te devuelva en un breve espacio de tiempo a tu nivel de salud anterior, pero si te empeñas y te propones mejorarte, podrás volver a disfrutar de tu vida, y a lo mejor te sorprendes solucionando o mejorando a la vez otros síntomas o  problemas de salud que tuvieras previamente.

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